Antes y después: ganando espacio en una cocina kitsch

Antes y después: ganando espacio en una cocina kitsch
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Los ochenta y los noventa hicieron mucho daño a la decoración. Ese rústico en las cocinas y esa proliferación de cenefas, que hacían que toda casa se viera incompleta sin ellas nos llevaron a unos delirios de color difíciles de volver a alcanzar. Hoy os traigo una de esas cocinas ancladas en el pasado y kitsch que gana espacio con el cambio de muebles sin necesidad de hacer obras. Y encima, la foto del después está hecha desde el mismo punto que la del antes. Todo un lujo.

Empezamos como siempre por el “antes”. Sobre estas líneas veis una cocina separada del comedor por una barra de desayuno. El estilo de los muebles es rústico, como os decía en el párrafo anterior, y la escena está rematada por una cenefa que recorre toda la viga superior. La verdad es que los electrodomésticos oscuros no contribuyen a enmendar la plana a los muebles y por supuesto no nos ayudan a olvidar las flores y los cuadritos que hay arriba.

Cocina kitsch antes

En la zona de comedor hay una alacena, que como veréis se ha remozado para adecuarla al estilo de los muebles del “después” y una mesa y unas sillas que son como las que tenía mi abuela en su salón. El conjunto es más bien rancio pero tiene a su favor que es mucho espacio y que recibe luz a raudales.

Cocina kitsch después

En el “después” que tenéis sobre estas líneas podéis ver cómo se ha prescindido de la barra y cómo se ha instalado una isla. El espacio se ha unificado con la zona de comedor y además el estilo más depurado es más bonito que el anterior.

Otro de los aciertos es el haber escogido electrodomésticos de aluminio, a juego con los tiradores de las puertas. Me encantan también los cambios en las lámparas, cómo antes solo había plafones y ahora se han combinado los halógenos del techo con unas lámparas colgantes más modernas.

La cocina después de la reforma

En el “después” tiene más protagonismo la zona de la chimenea, que en el “antes” quedaba oculta tras los recovecos creados por los muebles, y ahora queda más a la vista, dándole un aire muy hogareño a toda la estancia. Por supuesto, quiero dejar claro que me chifla que se hayan librado de la moqueta del “antes” que siempre es una mala idea, y más en las cocinas.

Cocina después de la reforma

Quería que vierais también la foto que tenéis sobre estas líneas en la que se aprecia toda la habitación en conjunto. Como veis, los muebles de la zona superior son blancos por lo que visualmente se descarga bastante el espacio.

Me gusta que hayan aprovechado la alacena del “antes” con una capa de barniz oscurecido aunque creo que en la segunda cocina hay menos espacio de almacenamiento. De hecho, este es el único “pero” que le veo a toda la reforma, que me parece una de las más acertadas que hemos visto por aquí. Tal vez también destacaría negativamente el batiburrillo de lámparas que vemos, entre focos, halógenos y lámparas propiamente dichas, pero esto solo si me torturáis para que os diga alguna pega más.

A ver, confesad: ¿quién tiene cenefas en casa? ¿De verdad que se siguen poniendo? A mí me horrorizan, sobre todo en espacios que no sean dormitorios de niños. ¿Os convence esta reforma?

Imágenes vía | Montana Prairie Tales
En Decoesfera | Antes y después: integrando el patio interior en la cocina

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